"Cuando alguien, viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdadera, toma alas y, una vez alado, deseando emprender el vuelo y no pudiendo, dirige sus miradas hacia arriba como un pájaro y descuida las cosas de esta tierra, se le acusa de estar loco"

Platón

lunes, 31 de mayo de 2010

Sábado 29 de mayo de 2010. Arcones

Vuelo 11

¡Por fin conseguí estrenarme este año!

La predicción era perfecta para volar en Arcones, 14 km/h del noroeste, así que quedé con Alberto para estar en la campa sobre las cinco de la tarde.

Mientras montaba el ala yo solo en la baca del coche, se me desplazo y se me cayó al suelo, un percance más a añadir a la lista de los últimos desastres, así que el día no empezaba muy bien. Cuando volví a levantarla para colocarla de nuevo en la baca noté como había algo que rodaba por la funda, como si hubiera una pieza rota, así que salí hacia Arcones algo decepcionado pensando en que me tocaba nueva revisión del ala y que probablemente vería frustrado otra vez mi primer vuelo del año.

De camino a Arcones por la N-110 ya vi algún parapente y algún ala en el aire y en el despegue se distinguían algunas alas montadas, buena señal, parecía que se iba a poder volar. En la campa había bastante ambiente con varias alas aterrizadas y muchos parapentes, parece ser que había una prueba de la liga centro de parapente. Allí estaban Alberto y Silvia esperándome.

Descargamos mi ala del coche y la montamos en el de Alberto y nos subimos al despegue.

Las condiciones arriba eran perfectas, unos 30-35km/h de viento bien encarado, había bastantes parapentes esperando a que amainara un poco para despegar y algunas alas. Nos encontramos con Isabel la novia de Eneko un piloto navarro que hizo el cursillo con Alberto y que acababa de llegar para pasar una semana volando. Isabel nos dijo que Eneko llevaba ya unas dos horas en el aire.

Mientras montábamos las alas el viento amainó un poco y despegaron bastantes parapentes. Tras revisar bien el ala comprobé que no tenía ningún daño, me puse el arnés y el resto del equipo y me dispuse a despegar. En ese momento habría unos 25-30km/h de viento bastante laminar, así que con sólo un par de pasos estaba en el aire.

Tras despegar me fui hacia Navafría, la ladera funcionaba bien, y sin ninguna turbulencia, la ascendencia no era demasiado fuerte pero poco a poco iba ganando altura aunque nunca superé los 200m sobre el despegue. Avisé a Alberto por radio de lo bien que estaban las condiciones para que despegase.

Al rato despegó Alberto, perdió algo de altura pero luego consiguió mantenerse a media ladera, donde se mantuvo todo el vuelo. Disfruté como un enano escuchando los comentarios de Alberto durante el vuelo, estaba feliz como una perdiz y no paraba de agradecer a Silvia que le hubiese regalado el cursillo y constantemente comentada lo bien que lo estaba pasando. Estuve casi todo el vuelo siguiendo a Alberto desde bastante más arriba y también a Eneko que apareció por alli para ver el vuelo de Alberto.

Todo el vuelo discurrió igual, entre 100 y 200 metros por encima del despegue y disfrutando de las fantásticas vistas que había pues el día estaba muy limpio y con una preciosa luz del atardecer. Tras una hora y pico aproximadamente de vuelo empecé a tener un poco de frío así que le dije a Alberto que me iba hacia el aterrizaje, y el contestó que tambien tenía frío y que se bajaba, además el sol estaba ya bastante bajo y no queríamos tener que desmontar sin luz.

Al separarme de la ladera camino del aterrizaje noté como estaba empezando a funcionar la restitución, apenas se bajaba a unos -0,5m/s. Llegué al aterrizaje con mucha altura así que me fui hacia el pueblo para disfrutar de los ultimos monmentos del vuelo sobrevolandolo. Desde allí vi el aterrizaje de Alberto al que ayudó Eneko por la radio.

Después de un rato planeando sobre el pueblo volví hasta la cantera para perder altura, en el aterrizaje no había nada de viento. Hice la aproximación desde el norte y entré con buena velocidad pero en el último momento no empujé y... barrigazo al canto, afortunadamente el aterrizaje estaba perfecto, con una buena capita de hierba verde y sin los habituales cardos que hay en verano.


Una hora y media de vuelo resumida en un "timelapse" de cuatro minutos realizado con 2348 fotografías.

En la campa saludé a Eneko que se había pegado un vuelazo de 4 horas y a Alberto que tenía una sonrisa que no le cabía en la cara. Después de desmontar nos fuimos a celebrarlo con unas cañas al pueblo.

Fué un fantástico estreno de temorada que me hizo olvidar los ultimos fracasos. Una horita y media más de vuelo y un gran día con unas condiciones perfectas y muy buen ambiente.






jueves, 27 de mayo de 2010

Domingo 23 de mayo de 2010

Aunque la predicción no era buena, daban viento de sur, había quedado con Alberto en Arcones para ver si podíamos estrenarnos este año. El sábado también había estado de sur pero sabía que se había podido volar aprovechando las rachas térmicas, así que confiábamos en que el domingo tuviésemos esa suerte.

Quedé con Juan para recoger las alas y llegamos a Arcones hacia las tres, donde nos encontramos con Jesús Villa que había ido para dar la suelta a un piloto de Salamanca. Tras tomarnos un bocata rápido subimos al despegue. Allí estaban ya Alberto y Vicente, un piloto de Barcelona.

Al llegar el despegue el viento estaba bien encarado, aunque se notaba claramente que era viento térmico. Empezamos a montar y mientras lo hacíamos llegó Jesús con el piloto de Salamanca y otro piloto más.

En cuanto terminamos de montar llego Murphy en forma de viento de cola, así que tocó esperar. Aproveché para repasar bien el ala y comprobar que no tenía daños importantes después del incidente del último día. Al rato aparecieron tres parapentistas que desplegaron las velas y se pusieron también a esperar una racha encarada.

Tras un buen rato de espera comenzó a soplar de cara y los parapentes despegaron, Juan y yo fuimos rápidamente a colocarnos los arneses para poder despegar. Hubo un momento que tuve el ala bien nivelada y con buen viento pero no me decidía a despegar, seguramente me pesaban lo ocho meses pasados desde mi último vuelo. En ese momento se decidió Juan que despegó sin problemas tras una buena carrera, pero de repente comenzó a subir y a dejar el ala muy frita, se le empezó a caer el plano derecho y en vez de acelerar y corregir a la izquierda siguió apoyado en el lado derecho con lo que se metió en un giro contra la ladera. Afortunadamente en el último momento corrigió y salvó la situación, pero nos dejo a todos con un buen susto encima, además inmediatamente entró en una fuerte descendencia mientras se alejaba hacia la izquierda y perdió muchísima altura, le dije por radio que se fuese a la campa y estuvimos todo el vuelo temiendo que no llegase, aunque al final lo hizo sin problemas.


El vuelo de Juan


Después del susto del vuelo de Juan no tenía demasiado cuerpo para despegar, pero además el viento volvió a ponerse de atrás. Seguimos esperando toda la tarde pero ya no volvió a encararse, e incluso al final tuvimos que desmontar a toda prisa pues empezó a llover.

Otro fracaso más y van... creo que nunca había tenido una racha tan mala de intentos fallidos de vuelo. Espero poder romper esta racha el próximo fin de semana si el tiempo y la autoridad (Murphy) lo permiten.


domingo, 2 de mayo de 2010

Sábado 1 de mayo de 2010

Tercer intento de estrenar del año y tercer fracaso con odisea incluida.

Después de un invierno horroroso en el que no ha parado de llover un solo día ya tenía un mono por volar tremendo.

Lo había intentado dos veces, una en La muela de Alarilla, con Álvaro, un día que estuvo muy pasado de viento. Al menos ese día aprovechamos para montar su nueva y flamante Sport 2. El segundo intento fue en La Muela de Toledo, con Alberto, Luis y Jesús Villa otro día también de viento pasado.

El viernes la predicción nos daba esperanzas de volar en Arcones, 14 km/h del NO aunque había posibilidades de tormentas.

Quede con Juan a las doce de la mañana, Álvaro iría por su cuenta y Alberto pensaba llegar por la tarde, cuando Silvia acabase de trabajar.

Cuando estábamos llegando al local a recoger las alas recibí un mensaje de Álvaro diciendo que se había quedado sin coche y que no podría ir a volar, le llamamos y quedamos en pasar recogerlo. Cargamos en el coche el ala de Juan y la mía y fuimos a buscar a Álvaro.

Una vez cargadas las tres alas en el coche (¿demasiado peso para mi baca?) salimos hacia Arcones. Sobre la sierra se veían bastantes nubes y yo ya no tenía nada claro que pudiésemos volar pero Juan tenía muchas esperanzas (yo creo que más bien era el mono de volar) . Como sabía que Pablo García Abia estaba en Alarilla le llamamos para ver que condiciones tenían allí , nos dijo que estaba de norte y que parecía bastante flojo aunque él estaba todavía abajo pues había ido con un amigo que quería darse unas carreras por la campa antes de volar, como todo apuntaba a que si se podía volar en la Muela sería una cagada al aterrizaje, decidimos arriesgarnos y seguir hacia Arcones.

De camino y tras chuparnos el parón de rigor a la altura del circuito del Jarama, nos llamó Alberto para decirnos que en su casa estaba lloviendo y que se veían muchas nubes en la sierra y que le llamáramos cuando llegásemos a Arcones para decirle como estaba la cosa y no pegarse el viaje de balde en caso de que no se pudiese volar, algo que por otra parte cada vez estaba más claro.

Cuando circulábamos a la Altura de Buitrago veo como las alas empiezan a desplazarse, empiezo a frenar rápidamente pero con cuidado pues hay bastante tráfico y no quiero que el coche de detrás se nos eche encima, a la vez que freno cada vez más voy echándome al arcén. Las alas ya están giradas noventa grados (afortunadamente hacia el lado del arcén) y comienzan a inclinarse hacia el suelo apoyadas aún en la barra delantera ¡Parece que ha saltado la baca trasera! Ya casi cuando estamos parados, los extremos de las alas tocan el suelo y las arrastramos 3 ó 4 metros hasta que se detiene el coche del todo.


Una vez parados comenzamos a desmontar todo el tinglado y vemos que efectivamente la barra trasera ha saltado, pero además esta muy doblada y una de las cinchas se ha partido, ha debido de soportar un esfuerzo brutal. Tras apartar las alas Álvaro descubre que su ala tiene un agujero en la funda y que uno de los bordes de ataque en su unión con la nariz tiene un pequeño abollón y ha quedado limado por el arrastrón. Aunque la cosa no parece grave sacamos unas fotos con el movil para enviarselas a Juaki y que nos de su opinión. Después descubriríamos que tanto mi ala como la de Juan también habían sufrido las mismas consecuencias, en mi caso raspón y abollón en el borde de ataque en su unión con la nariz y limado de uno de los tornillos que hay en la pletina de unión de barra central y bordes de ataque. En el caso de Juan solo tenía un raspón en la vela en el extremo del borde de ataque.

Llamamos a Alberto para contarle la odisea y ver si se puede acercar a recogernos pues afortunadamente está bastante cerca, a unos 30kms. Mientras esperamos la recogida (nuestra primera recogida si haber hecho cross nunca) nos damos cuenta de que en el fondo hemos tenido mucha suerte pues en caso de haber salido volando las alas y con el tráfico que había... ¡no quiero ni pensar en las consecuencias que podría haber tenido el asunto!

Al rato apareció Alberto, montamos las alas en su coche y nos fuimos a su casa donde además nos invito a unas cervecitas ¡Un millón de gracias por todo Alberto!

Tras unos intentos inútiles de arreglar la barra que saltó, tuvimos que dejar las alas en casa de Alberto y volvernos a Madrid.

Lo dicho, tercer intento y tercer fracaso, creo que debería cambiar el título al blog y llamarlo diario de NO vuelos. Aunque nos queda el consuelo de que todo quedó únicamente en un susto pues pudo haber sido bastante peor.