"Cuando alguien, viendo la hermosura de este mundo y acordándose de la verdadera, toma alas y, una vez alado, deseando emprender el vuelo y no pudiendo, dirige sus miradas hacia arriba como un pájaro y descuida las cosas de esta tierra, se le acusa de estar loco"

Platón

sábado, 15 de octubre de 2011

Miércoles 12 de octubre de 2011. Arcones

Vuelo 31

Como la predicción era de vientos de componente norte decidimos ir a Arcones aunque también habíamos barajado la posibilidad de ir a Pedro Bernardo. Quedé con Pablo y José Luis en el local a las 10:30 y a las 12:30 más o menos llegábamos a Arcones.
En el aire ya se veían bastantes parapentes. Fuimos a la campa, en la que había muchos coches, y recogimos a Julio y nos subimos al despegue.
En el despegue había bastante gente, tanto parapentes como alas, y una brisa suave bien encarada. El día estaba espectacular con una visibilidad increíble y una temperatura fantástica. Después de saludar al personal montar el ala y comerme el bocata despegué. Fui de las primeras alas en despegar. Me fui hacia la derecha y tras rascar un poco en la ladera que no funcionaba enfilé hacia el valle metiéndome en una descendencia que me hizo perder bastante altura, ya estaba pensando en aterrizar, aunque me quedaba la esperanza de trincar en la térmica de la cantera. Poco antes de llegar a la cantera el vario empezó a pitar y me puse a girar, al principio un cero que poco a poco fue subiendo hasta un máximo de +3.



Abandoné la térmica, que me había llevado derivando hasta la cuerda, con 2050m y decidí volver hacia el despegue en el que vi algunas alas y parapentes girando un poco a sotavento y ganando altura, pero de camino me volví a comer una fuerte descendencia que esta vez me obligó a llegar a la campa.
En la campa el viento estaba de noroeste y hice la aproximación para este viento, cuando iba a meterme hacia el planeo final noté que me gritaban desde la campa y me hacían gestos como de que me apartara, en ese momento vi como se me acercaba un remolino por el camino a la vez que rolaba el viento y se ponía de norte, así que me fui hacia el extremo sur de la campa para entrar hacia el norte y acabé haciendo un buen aterrizaje.
Tras desmontar esperé a que subiese alguien al despegue para ir a recoger el coche, mientras por la radio oía el vuelazo que se estaba pegando la gente, Carlos estaba llegando a La Pinilla, otros por Pedraza... en fin que me iban poniendo los dientes largos.
Tras bajar el coche me encontré en la campa a los dos Albertos y después me acerqué al bar a por unas cervezas, llegué de nuevo a la campa justo en el momento en que aterrizaba Pablo tras pegarse un vuelo de tres horas, hubo un momento en el planeo final en el que el ala empezó a girársele y todos pensamos que acabaría haciendo el compás pero consiguió corregir y hacer un aterrizaje perfecto ganándose una cervecita de premio.
Fue un gran día por el ambiente y porque conseguí remontar cuando pensaba que aterrizaría y por el aterrizaje, aunque me quedó un pequeño mal sabor de boca por no haber aguantado más, pues fue el día perfecto para haber aprendido mucho girando térmica y para haber intentado algún pequeño vuelo de cross.




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