Vuelo 73.
Divertido día de vuelo en la Muela en compañía de Luis y de Valín que llegó un poco más tarde.
Llegamos pronto y como apenas había viento, Luis aprovechó para hacer un par de descensos con el parapente. Después empezó a mejorar la cosa y pudimos volar con las alas.
Cometí un par de errores, el primero sin importancia, me comí la fuga del lado este y perdí bastante altura por andar toqueteando el vario. El segundo, más grave, acabó afortunadamente sin consecuencias; estaba volando junto a un par de parapentes cursillistas y al salir de un giro me despisté vigilando los trapos y me encontré de golpe con la ladera, reaccioné bien y metiendo velocidad pude girar y evitar el tener que hacer un aterrizaje contra pendiente de emergencia, o lo más probable, el haberme estampado contra la ladera.
Valín apareció poco antes de aterrizar yo arriba. Voló el ala de Luis, la mía y la suya y disfrutó como un enano con toda la ladera para él solo ya que para entonces el viento había arreciado y era excesivo para los parapentes. Fue un autentico placer ver aterrizar a Valín con mi ala, uno de los aterrizajes más suaves y elegantes que he visto en mi vida. Yo de mayor quiero ser como Valín.
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